Cuento para aislarse
Durante dos largos y tortuosos años tuve una relación que nunca tendría que haber sido. Al principio, como todo, su omnipresencia me representaba cuidado y amor. Esos sentimientos que sentía en falta después de otra (más) de mis desilusiones amorosas. Con el correr del tiempo empezó a ser horrible, insostenible. Los mensajes de “¿Llegaste?”, “¿Dónde estás?”, “¿Cuándo venís”, “Te estoy esperando” al principio parecían ser parte de una construcción deseada. Además, es verdad que cuando una sale de noche por…