Atónita, sin sentido, se encuentra al borde de un abismo; ¡solamente tinieblas a su alrededor, ninguna perspectiva, ningún consuelo, ni la más remota esperanza! pues la ha abandonado quien era toda su existencia.

Goethe (1774)

Muchos de los clásicos del romanticismo se jactan de haber dejado todo por amor, de amar hasta la muerte, de dar la vida por la amada, cuando en realidad todo lo que hicieron fue marcar lo trágico del amor romántico. Goethe en sus cartas a Lotte (en “Las desventuras del jóven Werther) la ama en silencio, frente al supuesto amor sano y bienintencionado de Albert.

Desde Goethe hasta Netflix, el mensaje suele ser que por amor se sufre, se llora, se cede, se soporta, y de repente la vida real te muestra que si eso sucede, uno (no) es feliz. Que la felicidad, entonces, no es una pareja porque justamente todo lo que trae esa situación está teñido de crisis de identidad y de entregas. Qué dificil pensar que una relación puede estar formada por dos personas autónomas, cuando el mensaje es “si no me amas, me mato”, y eso marca tan fuertemente a la literatura universal.

Finalmente, Werther no es mas que un tóxico. Un tipo que considera que su vida es, si y solo si, la vive al lado de una mujer que a su vez toma decisiones y tiene una postura frente a la vida (postura digna de la misma idea de amor romántico que predica: una mujer sumisa, que está en su casa, cuida de sus hermanos y que no termina de decidir qué desea). Entonces, acorde a las circunstancias, decide pegarse un tiro en la cabeza, cuestión que Lotte cargue con su cadáver en la conciencia para toda la vida.

Después de haber leído, una vez mas, uno de los clásicos de Goethe Jorgelina sintió que Lotte (o Carlota) también merecía una desahogo, un contacto, una amiga y por eso, partiendo del formato epistolar que relacionaba a Werther con su amigo y confidente Wilhelm (o Guillermo), a continuación dos de las cartas enviada a su amiga.

Cartas a Lotte o Carlota de “Las desventuras del joven Werther” (1774)

Querida amiga Lotte:

Me resulta muy triste leerte tan angustiada. Realmente entiendo que tu relación con Albert te hace feliz, pero deja esos espacios en blanco de cualquier relación para que una fantasía romántica los ocupe. Allí, entra tu joven amigo Werther lleno de pasiones, de ilusiones, de historias que una vez que se concreten o que sean parte de tu normalidad, si alguna vez lo fueran, pasarán a ser exactamente lo mismo que es Albert ahora: lo conocido, lo seguro.

Con ésto no quiero decirte que no pueda suceder que te enamores de Werther y quieras estar con él, de ninguna manera, pero sí quiero que tengas presente que los amores no son lo que leemos en las novelas, ni vemos en las películas. Todos finalmente tenemos cosas que lastiman a los demás, y que nos hacen mal.

Werther es apasionado y eso lo hace interesante y único, pero eso también puede volverse en tu contra. Imagina un futuro con él, en algunos años, luego de la étapa de amor idílico. Con algunos niños, con una rutina.

Si tu decides que él será el hombre que te acompañe, yo estaré al lado tuyo. Pero no dejes que las mariposas en la cabeza te lleven a creer lo que dicen los románticos.

Te quiere, Jorgelina.

Querida amiga Lotte:

Supe sobre lo sucedido.

No alcanzan las palabras en éste momento para acompañarte. No puedo siquiera imaginar el dolor que sientes en éstos días. Lo que pasó es realmente una tragedia.

Tengo la sospecha que no habrá sido una sorpresa para tí, conociendo las excentricidades de tu amigo. Ya tu sabes mi parecer en torno a él y aunque no es el momento indicado para repetirlo, que su fin sea tan trágico y repentino no hace mas que llenar de significado mis palabras en las cartas anteriores.

La vida tiene matices, momentos: a veces estamos felices, otras veces no. Existen golpes al corazón, como el que te toca atravesar ahora, y momentos de exaltación total. De todas formas, y si la manera de vivirlos es extrema en sentimientos y deseos, el final es una muerte anunciada.

Recuerdo el suicidio de Julieta, al descubrir que Romeo había terminado el veneno a su lado. Recuerdo haber leído, en alguno de los miles de libros que mi abuelo guarda en la biblioteca, algo como que “amores como el nuestro cada vez hay menos“, y si esa letra se refiere a la locura de Werther, me alegro que así lo sea.

Entiendo que decirte esto justamente ahora pueda condicionar nuestra relación de aquí en adelante.

Entiendo, también, que quizás debería limitarme a darte el pésame, pero realmente y por todo lo conversado por cartas durante estos años, creo que su deceso no es más que la desaparicion natural de quien siempre creyó estar en el cielo.

Siento la crudeza de mis palabras, pero no puedo decirte otra cosa.

Sinceramente, Jorgelina.