Meet the poet
“Ella vive sola en una casa muy grande que recibió de la familia hace añares, en un pueblo perdido de la llanura pampeana. Todos a su alrededor piensan que era una mujer loca. Solía ser maestra en el pueblo, les leía poemas a los niños y todos se reían de ella”. Eso fue lo que me dijeron mis padres cuando me mostraron su casa, durante unas vacaciones en la que íbamos al sur y habíamos parado a comer y descansar por un par de horas.
El día estaba nublado, mis padres durmieron casi toda la tarde, así que tuve la libertad de ir sin dar explicaciones. Invité a mi perrito y comencé el viaje. Cuando llegué a la gran casa, convertida en librería, miré por la ventana desde afuera y empecé a caminar muy despacio hacia la puerta. Quería que ella me viera desde su sala, pude verla leyendo en el sofá.
Aplaudí y nuestros ojos se conectaron a través de la ventana.
—¿Quién es? —preguntó mientras abría una gran puerta de madera.
—Hola, me gustaría visitar la librería —respondí.
Ella salió de la casa y desde el patio me preguntó:
—¿Buscas algo en específico? Tenemos poesía, cuentos, geografía, magia, podes encontrar lo que quieras. La entrada es libre, pero debes dejar unas palabras antes de salir.
—¿Unas palabras? —pregunté.
—Sí, estamos escribiendo la biografía de la biblioteca y queremos saber por qué vienen las personas, qué sienten, qué buscan, queremos saberlo todo. Luego, con esas palabras escribimos historias y poemas que hacen crecer a la biblioteca.
Ese “nosotros” me hizo sentir rara, así que… ¿no estaba sola?
Me invitó a entrar y cuando mi perro y yo entramos a la casa, nos dimos cuenta de que la mujer que nos había visto por la ventana seguía en el sofá. Había dos mujeres idénticas en la casa de la biblioteca. Una hermana gemela ¿oculta?
Ella no se movió mientras su hermana me mostraba la biblioteca; intenté leer diferentes libros, pero no pude continuar sin decir algo sobre la mujer en el sofá.
—¿Es tu hermana? Se parecen mucho.
—¿Quién?
—La mujer en el sofá.
—¿Quién?
Empecé a sentirme ansiosa y nerviosa. Mi perro estaba ladrando hacia el sofá y cuando miré de nuevo, ya no había nadie allí. Todo empezó a volverse extraño e incómodo.
—Creo que debo irme —dije.
—Está bien, pero recuerda que tienes que dejar tus palabras aquí —dijo ella, mostrándome un cuaderno muy antiguo, lleno de polvo.
Lo tomé de sus manos y rápidamente escribí: “Linda biblioteca”.
Luego, salí corriendo.
Llegamos al sur. Nunca conté lo sucedido.
One thought on “Meet the poet”
Porque tanto miedo ???